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Se le llama el síndrome del quemazón (burnout syndrome), y se ve en todas las industrias y organizaciones. Un líder asume más responsabilidades de las que puede manejar y llega al punto del cansancio extremo, se quema.

¿Por qué asumimos tantas responsabilidades?

Esto puede ser por varias razones. La pasión y la vocación nos pueden impulsar a hacer más y más. Los perfeccionistas, muchas veces por no confiar en el trabajo de otros, pueden tender a asumir todas las tareas posibles (o imposibles). También está el “fenómeno del estrellato”, similar al baloncelista que nunca quiere pasar la bola para que otros intenten encestar. En muchas organizaciones, especialmente en aquellas de escasos recursos, se tiende a delegar muchísimas responsabilidades en pocos trabajadores. Y cuando alguien de mucha capacidad e iniciativa llega a una organización pequeña, se combinan los factores para hacerla brillar. Ahí se puede explotar. Pero el hecho de que la explotación sea voluntaria no la descalifica como tal. Tarde o temprano puede llegar al punto del quemazón.

¿Cómo nos quemamos?

Por las limitaciones de tiempo y espacio, el ser humano es incapaz de hacer todas las cosas. Al comprometernos con más de lo que podemos hacer, veremos una baja en la calidad de lo que damos en algún área. Puede ser dentro del mismo trabajo, que al tratar de ser un pulpo, nos percatamos que nuestras manos no dan para tanto, y cometemos fallas. También podemos terminar descuidando otras áreas de la vida por tratar de dar el 120% en el trabajo. Ahí es donde empezamos a escuchar quejas de nuestras parejas o hijos porque no nos sobra tiempo para atenderlos.

Mal. Muy mal.

La salud es un asunto integral. Lo físico, lo emocional y lo espiritual están conectados entre sí. Y cada parte es igualmente influenciada por lo social. Lamentablemente, muchas veces los conflictos del trabajo llegan a la casa, vice versa, y en lo espiritual, podemos tender a desquitarnos con Dios cuando confrontamos conflictos.

El efecto del quemazón

Además de la baja en la calidad de tu desempeño en el trabajo y el posible descuido de otras (y muy importantes) prioridades en tu vida, hay un efecto en la misma organización.

“Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.” -Éxodo 18:18

Es contraproducente para tu organización que asumas más de lo que puedes manejar. Al momento de cometer el peor error por no poder ejercer en tu máximo nivel de desempeño, no pagarás las consecuencias tú solo, sino que todos comerán el fruto de tu explotación. Y les sabrá amargo.

En las organizaciones, los errores se pagan en unidades monetarias. En las iglesias, peor aún, se pueden hasta pagar con vidas.

Cómo contrarrestar la explotación

En el capítulo 18 de Éxodo, el suegro de Moisés lo vio encargándose personalmente de lo administrativo, de lo espiritual y también de juzgar los pleitos de todo el pueblo.

“Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?” – Éxodo 18:14

Cabe resaltar que tener al pueblo entero esperando el juicio de Moisés sobre los asuntos también implicaba detener toda operación.

Tras verlo tan ajetreado, el suegro le enseña la forma para delegar:

1. Adiestra:

“Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.” – Éxodo 18:20

No asumas que conocen. Sin importar la preparación, jamás podrán cumplir con las especificaciones de TUS expectativas y valores si no se las comunicas CON DETALLE. Procura un proceso completo de adiestramiento y te evitarás muchos dolores de cabeza.

2. Recluta sabiamente:

“Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez.” – Éxodo 18:21

La descripción del tipo de persona es precisa. En Wordreference.com, virtud significa “cualidad personal que se considera buena y perfecta”. Temor de Dios:

“El temor de Jehová es aborrecer el mal; la soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa aborrezco” –Proverbios 8:13

Pablo también habló de cómo escoger personas en quien multiplicarse:

“Y lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” -2 Timoteo 2:2

3. Sé humilde en reconocer que no puedes hacer todas las cosas:

“Y oyó Moisés la voz de su suegro, e hizo todo lo que dijo.” – Éxodo 18:24

Moisés le pudo haber dicho: “Jetro, Dios me habla directamente. Yo lo he visto, me paso en Su nube. ¿Quién eres tú para decirme cómo manejar los asuntos?” Pero no, lo escuchó y aceptó la gran verdad de que no puede hacer todas las cosas. Esto requiere morir al orgullo. En muchas ocasiones requiere mucha firmeza para defender el tiempo de las demás prioridades en tu vida.

Sobre el manejo del tiempo

Hace varios años me leí un libro titulado “Timeshifting” que me prestó mi papá. Es sobre una técnica para aumentar la productividad en todo lo que haces. Básicamente, el concepto lo que propone es que para poder dar el máximo en la tarea actual, tienes que poder estar completamente presente en ese lugar y ese momento. No puedes estar pensando en lo que te falta por hacer en otro lugar. Necesitas tener bien claro el tiempo disponible para dicha tarea, invertir dicho tiempo en la misma, y hacer una transición eficiente hacia la próxima. Tiene mucho que ver con establecer prioridades y definir los parámetros de tus inversiones en cada una.

Y tú, ¿cómo vas a balancearte entre tantas tareas? Comparte tus estrategias en el área de comentarios debajo del artículo, pueden ser beneficiosas para todos.